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¡Espero que estés disfrutando de unas fiestas llenas de paz junto a los tuyos y con los mínimos conflictos posibles!

Yo, por si acaso, y al igual que hice la semana pasada, quiero ofrecerte un pequeño “truco” que poner en marcha si esta noche la cosa se tuerce un poco y aparecen esas clásicas discusiones o tensiones navideñas.

El domingo anterior te hablé de quitarle el “me” a la ecuación para no tomártelo como algo personal cuando alguien tiene un comportamiento o te dice algo que no te gusta.

Por cierto, que si lo has puesto en práctica, ¡espero que te haya dado buen resultado!

Y hoy quiero compartirte otro ejercicio muy efectivo para situaciones similares y que nos ayudará a expresarle al otro sin crítica ni juicio que lo que está haciendo nos molesta. Fíjate qué sencillo:

Cambia el “porque tú” por el “cuando”.

Retomemos el ejemplo de la semana anterior para ilustrarlo.

Tu madre, en una conversación en la que no compartís opinión, empieza a gritar.

Ya le has quitado el “me” a la ecuación. (“Mi madre está gritando, no ME está gritando”). Y esto facilita que tú mantengas la serenidad.

Ahora quieres elaborar una respuesta para dejar claro que no te gusta lo que está pasando.

Podría ser: “¡Me cabreo porque me gritas!”.

Pero la CNV nos propone lo siguiente: “Mamá, cuando gritas para que yo te entienda, no me gusta y me siento incómoda”.

E incluso puedo, desde ahí, hacer una propuesta: “¿Podemos tener la conversación en un tono más tranquilo?”

Al final la clave no está en lo que está haciendo mi madre, sino en lo que me estoy contando yo a mí.

Es decir, si lo que me digo es: “ ME grita y me enfado PORQUE me grita”, estaré entrando al trapo y perdiendo la capacidad de mantener la calma, alimentando o generando un conflicto.

Pero si lo que me digo es: “CUANDO mi madre grita, a mí no me gusta”, estaré teniendo en cuenta mi necesidad de un tono más amable y seré capaz de expresarlo con serenidad.

De la misma manera, este enfoque también me permitirá poner los límites que yo necesito poner para cuidarme: “Si no tenemos esta conversación en un tono tranquilo,  yo prefiero que termine aquí”.

Y esto lo haré sin acusar ni culpar a nadie. Con asertividad y honestidad. Expresando mis necesidades sin perder las formas en ningún momento.

Te invito a poner en práctica este ejercicio si surge una situación que lo requiera.

Y dicho esto, ¡ya solo me queda desearte una maravillosa entrada en 2024!

¡Nos vemos el año que viene!



Un abrazo enorme,

Elena.

 
ELENA DIEGUEZ BASALO, Calle Bulevar de Cuarte 3 piso 4 A , 50410 Cuarte de Huerva, Zaragoza, Spain


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